Derecho y justicia en juego de tronos

Editorial Aranzadi, S.A.

Derecho y justicia en juego de tronos

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Derecho y justicia en juego de tronos

Editorial Aranzadi, S.A.

Estudia los diversos conflictos y dilemas que se plantean en la serie/saga de Juego de Tronos desde la perspectiva de la justicia y del Derecho, permitiendo una comprensión más profunda de la misma y proponiendo ideas para el enriquecimiento del conocimiento jurídico. Revelación de la dimensión jurídica de la serie/saga de Juego de Tronos, propiciando una comprensión más profunda de la misma desde la perspectiva de la justicia y del Derecho. Análisis jurídico de los conflictos humanos, sociales y políticos que plantea la serie/saga de Juego de Tronos. Enriquecimiento de los saberes jurídicos y facilitación del aprendizaje jurídico. Destinado a Abogados, jueces, fiscales y, en general, profesionales del Derecho. Extracto: No hay justicia en este mundo , afirma uno de los personajes de Juego de Tronos, la serie más importante de la historia de la televisión, basada en la saga literaria, Canción de hielo y fuego. En este relato de George R. R. Martin, la justicia es uno de los temas fundacionales (¿a quién pertenece legítimamente el Trono de Hierro?) y centrales, pues todos los protagonistas buscan, de una u otra manera, justicia. Una búsqueda que se produce en un contexto caótico y terrorífico, y que nos ofrece una visión pesimista de la justicia, pues ésta es instrumentalizada y manipulada por los poderosos. El libro estudia también el sistema legal de Poniente que está constituido por un Derecho alegal y poco refinado técnicamente; que se estructura de manera fraccionada, desigual y discriminatoria; que es brutal, cruel y no humanitario; y que consagra un absolutismo en el que impera la inseguridad jurídica. Este libro desvela la dimensión jurídica de los Siete Reinos de Poniente y facilita una comprensión más profunda de la historia al iluminar, desde una perspectiva jurídica, todos los conflictos y dilemas con los que se encuentran los personajes. En este libro los seguidores de la serie y los lectores de Martin, podrán volver a disfrutar del relato con el repaso de las agudas frases de los protagonistas, con el análisis de las instituciones jurídicas y de los derechos más invocados (como el derecho de petición o el derecho a un juicio por combate), con la denuncia de las situaciones discriminatorias que presiden Poniente, con el estudio de la iconografía jurídica de los Siete Reinos (el Trono de Hierro, las espadas, el Muro, los dragones), o mediante la reflexión sobre el modo en el que entienden o practican la justicia cerca veinte de los personajes principales de la historia. De las innumerables lecciones que pueden extraerse de Juego de Tronos, la principal es que aun en medio del caos, la violencia y el terror, es posible siempre descubrir destellos de justicia en la negra noche. Unos destellos que refuerzan la idea de que, por muy complicadas que sean las circunstancias, siempre es necesario y satisfactorio luchar por la justicia.

Prólogo.
La historia de la idea de justicia transcurre pareja a la historia de la humanidad. Los principios en los que se ha apoyado a lo largo de los siglos, han evolucionado conforme lo hacía el hombre y los valores que orientaban su conducta así como la estructura social y política en la que vivía. Por ejemplo, en el código de Hammurabi (Babilonia, 1776 a.C) si un hombre superior dejaba tuerto a otro hombre superior, este sufría el mismo castigo. La sociedad estaba estratificada en hombres superiores, plebeyos y esclavos, una organización social que en ciertos aspectos recuerda a la descrita en algunos reinos de la obra de George R. R. Martin, Juego de tronos, analizada en este libro. También, al inicio de dicho código, se establece que los dioses designaron al rey babilonio, Hammurabi, para impartir justicia, es decir, se justifica la legitimación de su poder y la finalidad que el texto perseguía: que prevalezca la justicia en la tierra, abolir a los malos e inicuos, evitar que los fuertes opriman a los débiles.

Otro concepto de justicia en la Antigüedad, que a mí me parece muy poético, es el que expone Platón en La República, conforme establece el filósofo Eugenio Trías en su obra La política y su sombra1), la justicia, por vía de la tradición musical, aparece como una sinfonía o armonización que forma acorde entre los diferentes estratos que componen una sociedad; mientras que por la vía de la tradición médica hipocrática, la justicia es una forma de salud, un equilibrio entre los elementos vitales humores de un cuerpo humano que hacen posible su existencia. A lo largo de esta obra, José F. Alenza, expondrá muchos otros supuestos en los que la idea de justicia aparece unida a la historia y evolución del pensamiento humano y de la organización política y social, comparándolos con el rico y apasionante mundo de ficción creado por George R. R. Martin, como su semejanza con la Baja Edad Media. La idea de justicia se encuentra enraizada en la misma esencia del hombre de forma indisoluble. Es innato en nosotros lo que el Derecho Natural denomina instinto jurídico, el cual surge espontáneamente sobre todo en aquellas situaciones que consideramos injustas. De los pocos libros que conservo de cuando estudié la carrera de Derecho, les confieso que es el de Derecho Natural de Antonio Fernández Galiano2) el que más aprecio. Este autor explica que este instinto de lo justo brota de la misma estructura psicológica del hombre, sin que sea necesario ningún aprendizaje para ello, nos viene de fábrica, podríamos decir de forma coloquial, aunque es cierto que se manifestará con más fuerza en aquellos individuos que se hayan criado en un ambiente o una cultura propicios para ello. Cuántas veces hemos sentido esto es justo, o esto es injusto, o se ha hecho justicia . La búsqueda de la justicia, la legitimación del poder para ejercerla, la necesidad de aplicarla para justificar ese poder, son temas centrales en la historia de Juego de Tronos, tal y como analiza de forma brillante José F. Alenza en las páginas que se disponen a leer. Su búsqueda, su deseo, su transgresión, su burla, incluso, está presente en los personajes de la obra, tremendamente humanos, mostrando todas sus contradicciones y claroscuros. El hombre sin justicia no puede vivir, siente lo justo y lo injusto sin proponérselo. La idea de justicia requiere también la voluntad y el libre albedrío. Así, en determinadas ocasiones, ese instinto jurídico innato quedará reprimido o ignorado conscientemente, pues primarán otros valores en la conducta del sujeto u otros intereses que considera más adecuados o necesarios en su momento vital. Este hecho queda patente en el comportamiento de muchos de los personajes de Juego de tronos y en la transformación que algunos de ellos experimentan a lo largo de la saga.

Por otro lado, desde el punto de vista de la teoría literaria, creo que toda buena obra de ficción refleja una experiencia humana, y dice algo sobre el hombre y sus relaciones con el mundo que le rodea. Si en la caverna de la prehistoria comenzamos a contar historias alrededor del fuego para comprender y mitigar la angustia de estar vivos, no es extraño que sea así. La primera de estas manifestaciones fueron los mitos, fuente de inspiración constante. En mi opinión la literatura es una forma de conocimiento que no se limita a expresar sentimientos y emociones, también crea una cosmovisión, y explora el yo más profundo de nuestro ser.

El Derecho y la Literatura, aunque en un principio pueden parecer dos disciplinas lejanas a pesar de que la herramienta común a ambas sea la retórica, el uso de la palabra e incluso opuestas, mientras la primera encuentra su base en el área de realidad y la segunda en el área de la ficción, son dos manifestaciones que nacen del espíritu humano: el Derecho recoge la necesidad de justicia y su regulación en las situaciones que la sociedad demanda; la Literatura recoge la necesidad de expresión a través del arte, que nace de nuestro yo más profundo al igual que el instinto jurídico.

Pero no se agota aquí la posible sinergia entre ellas, Juego de tronos, una obra de género fantástico, se puede interpretar como una alegoría, incluso una denuncia de la sociedad actual, del ejercicio del poder, de algunos aspectos del ordenamiento jurídico, a través de la creación de un mundo irreal, paradigma en algunos extremos del nuestro. Así lo pone de manifiesto el autor del presente libro que tengo el placer de prologar, el mundo caótico, donde prima el miedo y terror, Poniente y los otros reinos, puede compararse con la situación actual tras el atentado del 11 de septiembre de las torres gemelas. Un estudio de la condición y la conducta humana en tiempos convulsos y de incertidumbre.

No sería justo terminar este prólogo sin decir que la admiración que siento por su autor, José F, Alenza, es incondicional. Gracias a él tuve el honor de ser la madrina de una de las promociones del programa LyDer (Literatura y Derecho) que se lleva a cabo a lo largo de los cuatro años de carrera en la facultad de Derecho de la Universidad pública de Navarra. Un club de lectura, según él me explicó, donde analizan clásicos de la literatura y obras contemporáneas desde el punto de vista jurídico y literario. Mostrarles a los alumnos que el Derecho es algo vivo, no solo una serie de leyes rígidas que aparecen en manuales y códigos, si no que está presente en nuestras vidas en infinidad de actos de los que muchas veces no somos conscientes. La literatura fue el medio elegido, no es casual. José F. Alenza, en la presente obra relaciona una vez más estas dos disciplinas que me consta le apasionan. Tiene el lector entre las manos un libro enriquecedor tanto a nivel jurídico, como político, histórico, literario incluso me atrevería a decir a veces filosófico. Trata también, a través de las novelas de George R. R. Martin, temas de medio ambiente, discriminación, e igualdad en lo que respecta a las mujeres, los discapacitados o los seres más desvalidos. Un repaso, en suma, a nuestra humana conditio, en palabras del filósofo Eugenio Trías, y de su espontánea o calculada inclinación a lo que la contradice, la conducta inhumana. Tal es la sombra, nos dice Trías, que nos acecha, nos reta y nos tienta, como a los personajes de Juego de tronos, capaces de evolucionar hacia una moral más alta, como es el caso de Jaime Lannister o de descender a los infiernos en el caso de su amada hermana Cersei.

Pasen la página, lean, disfruten.

Cristina LÓPEZ BARRIO


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