Estudio monográfico sobre el síndrome del latigazo cervical o whiplash, derivado de los accidentes de circulación que trata con rigurosidad los aspectos relacionados con esta lesión leve, siendo su caldo de cultivo las colisiones urbanas a baja velocidad, low speed collisions.

La anamnesis revela la menor, es decir no siendo grave, en ausencia de lesiones óseas (fracturas, fisuras, etc.) o hernias, lo pautado por el facultativo obedece a una cervicalgia postraumática o contractura cervical leve. Presenta una sintomatología muy extendida en nuestra sociedad que se diagnostica sobre la base de las manifestaciones de dolor de quien lo padece. Una circunstancia subjetiva que pone bajo sospecha la realidad de los hechos. Se ha convertido en el caballo de batalla del sector asegurador tanto en la vía judicial, como extrajudicial. Informe forense, informe biomecánico e incluso la LRCSCVM y el Baremo han sido algunas de las armas utilizadas para combatir la avalancha de reclamaciones.

Sin embargo, lejos de lo que pudiera parecer, lo cierto es que el puzle de la indemnización se consigue cuando las piezas de la causalidad genérica encajan. Criterios que han sido incorporados a la Ley 35/2012 a través del artículo 135. El incumplimiento de cualquiera de ellos puede dar al traste con la reclamación.

Todo el sistema quiebra cuando aparece el término fraude. Existe una simbiosis o relación de convivencia entre colisión por alcance a baja velocidad, síndrome de latigazo cervical y fraude a compañía aseguradora, siendo el Seguro Obligatorio del Automóvil el cauce o canal del que se sirve la víctima, perjudicado o afectado para alcanzar el resarcimiento del daño. Una cuestión en la que todos somos víctimas y cómplices.