En los últimos años, la Unión Europea ha intensificado su presencia en la escena internacional. Sin embargo, su rol sigue siendo limitado: aunque no puede discutirse su importancia en la esfera económica y comercial, no ha logrado consolidar una imagen de actor político influyente. La Declaración de Laeken de diciembre de 2001 lanzó un proceso de reforma de la Unión en el que, bajo el epígrafe "El nuevo papel de Europa en un entorno mundializado", se planteó el interrogante de cómo redefinir su función en la escena internacional.
El objetivo de este libro consiste en exponer los resultados de dicho proceso de reforma, con el fin de valorar si las novedades introducidas en el Tratado constitucional en materia de acción exterior permitirán a la Unión dar una respuesta a la altura del papel que se espera de ella. No se trata, pues, de examinar el contenido material de la actuación internacional de la Unión Europea sino de analizar si, tras el Tratado constitucional, la Unión contará con los medios y los instrumentos necesarios para, en caso de haber una auténtica voluntad política, Ilevar a cabo una política exterior más eficaz, coherente e integrada.