Don Miguel llegó a definirse como hombre de calle, de casino, de mítines, de lecciones de cátedra y fuera de ella, de campo y de montaña; mezclado siempre con las luchas que mellan el espíritu y nos unen a muchos por sus fecundas aventuras y adversidades, unidas a sus enseñanzas.

Casi nada, hombre de calle, de tertulias, de cátedra, predicador impenitente sabedor de que desempe ñaba su papel en una sociedad obtusa, metido en be lenes de toda clase y algunos próximos a los tribu nales de justicia, con los que tuvo sonados encuen tros. Llegó a ser condenado a 16 años de prisión, luego indultado, y también juzgado por presuntas in jurias a los magistrados que le juzgaron.

Pleitos personales, íntimos, sociales y judiciales. Cuando Emilio Salcedo escribe su magnífica biografía Vida de don Miguel, añade el subtítulo de Un hombre en lucha con su leyenda. Él mismo dijo alguna vez lo mío es la lucha . Y don Miguel escribe en 1912 su libro Contra esto y contra aquello, sím bolo literario de su actitud contraria a lo que se le ponga por delante. En algún caso, manifestó es un pleito personalísimo entre el rey y yo . Procesos, multas, conflictos, pleitos, muy en consonancia con su carácter belicoso.

En Los pleitos de Unamuno, el autor realiza, bajo un original hilo conductor, un recorrido por su polémica vida y obra, de manera sencilla y accesible al gran pú blico.