¿Cómo define la industria vitivinícola el concepto de filantropía? ¿Cuál es el perfil de las empresas vitivinícolas más solidarias? ¿Qué impulsa al sector vitivinícola a emprender actividades filantrópicas? ¿Cuáles son las actividades filantrópicas más eficaces para el negocio vitivinícola? ¿Puede una empresa ser benefactora y la vez beneficiaria de las acciones que desarrolla en favor de la sociedad? ¿Quiénes son los mayores beneficiarios de las actividades filantrópicas promovidas por el sector vitivinícola? ¿Y sus influencers?

Éstas y otras cuestiones tienen respuesta en el presente libro, cuyos resultados se encuadran dentro de la investigación global sobre la filantropía en la industria vitivinícola llevada a cabo en seis países: tres países del Viejo Mundo del Vino: España (Rosana Fuentes), Francia (Coralie Haller) y Alemania (Marc Dressler) y otros tres países del Nuevo Mundo del Vino: Estados Unidos (Armand Gilinsky), Nueva Zelanda (Sharon Forbes) y Australia (Armando María Corsi).

Queda demostrada la sensibilidad de la industria vitivinícola global hacia la filantropía. Una viña, su cepa o el racimo de uva, son seres vivos que se nutren del suelo donde están asentados, se benefician del aire que respiran o de las prácticas que el/la viticultor/a aplica para cuidarlos. La preocupación de esta industria a los cambios que difieran en ese desarrollo es superior, por lógica, a la de otras empresas, porque de ello depende no sólo el producto sino también su continuidad, su existencia, o, sin más, la sostenibilidad de su ecosistema. El respaldo de los grupos de interés a las industrias vitivinícolas modernas facilita la resolución de una problemática o el apoyo a una causa seleccionada de común acuerdo dentro del ámbito medioambiental, social o económico y, si es pertinente, que ésta se vehicule de manera natural mediante la filantropía.