El presente libro estudia la idea de nación de José Ortega y Gasset, un tema central en su pensamiento porque, como dijera su discípula María Zambrano, asumió la condición de ser filósofo por ser y para ser español . Nacido en 1883, Ortega quedó marcado por el Desastre del 98 y el debate sobre el ser de España que le siguió. Pero no solamente vivió esta crisis identitaria, sino también la crisis política del liberalismo y la crisis intelectual de la razón positivista. Su circunstancia fue compleja, mas lejos de eludirla, aceptó la vocación de filósofo e intelectual porque entendió que de la resolución de todos estos problemas dependía el sentido de su existencia. De ahí el título de este libro, inspirado en el de uno de los trabajos esenciales de otro gran discípulo del meditador madrileño: Julián Marías. A lo largo de sus páginas se verá le evolución de la idea de nación orteguiana, mostrando la influencia que recibió de pensadores como Ganivet, Azcárate, Unamuno, Maeztu y un largo etcétera.

Paralelamente, y precisamente porque para Ortega el pensamiento había de estar al servicio de la vida, se explorará cómo trató de reformar la circunstancia española mediante su compromiso con la política y la cultura, sin olvidar el modo en el que acontecimientos que incluyen la Gran Guerra o la Guerra Civil española condicionaron su percepción. Para llevar a cabo esta investigación, se recurre al marco teórico de la historia intelectual contextualista y al de la tesis antropológica sobre la idea de nación. Por ello, se ofrece una perspectiva no siempre aplicada a los estudios orteguianos, pues aunque se aborda la filosofía, se hace desde las herramientas del historiador.
De ahí que un aspecto esencial del libro sea la importancia concedida a las fuentes primarias, incluyendo entre ellas muchos de los documentos inéditos custodiados en el Archivo de la Fundación Ortega-Marañón, que desde hace diez años viene estudiando el autor.