¿Cómo se ha controlado y se está controlando la pandemia originada por la COVID-19 en las cárceles, lugares, en principio y por muchas razones, muy proclives al contagio masivo del virus con unas consecuencias que podrían haber sido trágicas? A contestar esta pregunta está dedicada esta obra y, haciéndolo, se pondrá de manifiesto que los resultados del control han sido razonablemente buenos.
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El control de la crisis sanitaria en el universo carcelario se ha movido, también como ha sucedido en el mundo libre , en un delicado equilibrio entre salud y derechos, pero no sólo con referencia a las personas privadas de libertad, sino también al personal que, al servicio de la Administración, trabaja en los centros penitenciarios.
Aquel equilibrio derechos-salud se ha concretado, en el campo penitenciario, en el dictado de una batería de disposiciones normativas específicas (entendida esa expresión en sentido muy amplio), de las que se da cuenta en este trabajo, que han repercutido en la vida de los internos en los centros penitenciarios y también en la del personal que en ellos presta sus servicios profesionales.
Un deficiente manejo de la situación pandémica en un medio cerrado como la prisión hubiese tenido unas consecuencias devastadoras para las personas que en ellas deben permanecer, pero no ha sido así, sino que, más bien al contrario, la gestión del SARS-CoV-2, hasta el momento, en los centros penitenciarios, ha sido razonablemente buena.
Por eso, el manejo de la pandemia realizado en las Instituciones Penitenciaras que este libro investiga, analiza y cuenta, salvando las distancias, quizá pueda servir de modelo de actuación en el futuro en otros ámbitos de convivencia cerrados.
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El libro puede tener interés para jueces, fiscales, personal penitenciario, abogados, personal docente e investigador en el ámbito del derecho penal y del derecho penitenciario, personal sanitario involucrado en la crisis sanitaria y gestores de ámbitos de convivencia cerrados.
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