El desarrollo de la inteligencia artificial, sin dejar de ser una cuestión que requiere de una reflexión ética, ha pasado a ser también una cuestión jurídica ante la que es necesario regular y hacerlo, cada vez más, de forma global. Las respuestas a una realidad que no tiene fronteras, como a tantos otros retos de los más importantes que afronta la humanidad, deben de ser globales. Los avances científicos y tecnológicos nos sitúan frente a un horizonte esperanzador de insospechados logros, pero también provocan incertidumbres y riesgos sobre los que es necesario reflexionar para encontrar las soluciones jurídicas que garanticen una implementación que sea respetuosa con la seguridad y los derechos fundamentales en juego.
Hoy en día, el ejercicio de una crítica constructiva y responsable sobre el desarrollo de la ciencia y de la técnica es, probablemente, la labor intelectual más necesaria, y de ahí el interés de esta obra. En este marco, el carácter multidisciplinar e internacional del trabajo permite un acercamiento a los desafíos regulatorios que plantea el desarrollo de la inteligencia artificial, en una apuesta por intentar mejorar los efectos sociales de la técnica.