En un contexto histórico-evolutivo, centrado más en la realidad hispano-luso-brasileño, se emprende análisis, muy sintéticamente, de los efectos nocivos de la prisión, buscando demostrar una cierta correlación con su génesis, como institución total, de cariz estigmatizador, centrando la reflexión en la condición humana del recluso y en su calidad de sujeto de derecho, incluso con el reconocimiento de la grave crisis de confianza en el objetivo de la resocialización carcelaria.
Se demuestra con los ejemplos históricos de la evolución de estos modelos carcelarios, en lo que se aproximan y se distancian, sirven de importante instrumento de reflexión crítica y de inspiración para propuestas de reforma penal que puedan conducir a un sistema, sino justo, cada vez más involucrado con la doctrina de los derechos humanos.
Tal exposición nos viabiliza señalar como sistemas tan próximos y lejos pueden vivir experiencias tan similares, enfrentado regímenes dictatoriales y valiéndose de sus propios dramas históricos para construir modelos más justos y sensibles a la condición humana para la cual se destinan.